domingo, 18 de marzo de 2012

Hablo de lo que todos deberíamos hablar.

Hablo de pintarme los labios de rojo para dejar huella, de pintarme las uñas de colores fosforitos, pero siempre a juego con las uñas de mis pies. De maquillarme cada día de una manera, así probar y probar hasta dar con la que me queda mejor. De gritar si tengo ganas y de sonreír sin motivo aparente. De enfadarme si me dan motivos necesarios, de saltar y de hacer equilibrio en la acera de cualquier calle. De emocionarme cuando salte mi canción favorita. De mirar el cielo las veces que me dé la gana y de buscarle forma a las nubes. Hablo de encerrarme en mi dormitorio con la música a todo volumen, saltar en la cama y recorrerme la casa corriendo de punta a punta. De leer libros en cualquier parada de guaguas. De sacar la lengua por la ventanilla del coche, que el viento despeine mi melena lisa, de soñar despierta, de besarle en cualquier esquina, en cualquier portal, playa o plaza. De pensar en mí, hacer lo que me apetezca, cómo y cuando quiera. Porque si no lo haces tú, nadie lo hará. Hablo, de ser feliz. 

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